Anécdotas y recuerdos de tu paso por Deusto
Con el profesor de Telecomunicaciones empezábamos a las 8:00 de la mañana. Se podía entrar en clase a las 8:00, o a las 8:10, y si no llegabas te quedabas en la calle. Yo no era muy madrugadora siendo estudiante, por lo que la carrera del metro a clase para poder llegar y no quedarme fuera formaba parte de mi rutina.
Un día me desperté y me di cuenta que iba más tarde de lo normal, salté de la cama, ¡salí corriendo de casa como nunca! Eran las 8:10 y estaba aún por la avenida, por lo que daba la clase por perdida.
Cuando llegué a la universidad me pareció raro ver que no había casi nadie… Miré mi reloj de nuevo, y ahí salí de mi burbuja: ¡con el estrés lo no me había dado cuenta de que eran en realidad las 7:20!.
Ese fue el único día en el que llegué a clase la primera. Creo que lo que más me gustó de quinto es precisamente que teníamos horario de tarde.
Recuerdo los proyectos de programación, crear juegos, aplicaciones de gestión, portales web, en C/C++, Java, o con tecnologías multimedia… era sin duda alguna lo que más me apasionaba. No veía pasar las horas y era con lo que más disfrutaba sin ninguna duda. Pasar por los 5 años en Deusto fue la confirmación de que quería ser Desarrolladora de Software y trabajar en la parte más tecnológica de esta industria. Hoy en día no sabría en qué trabajar si no pudiera programar.