Anécdotas y recuerdos de tu paso por Deusto
En tercero de carrera en la faculté (que era así como la denominaban cariñosamente debido a una ocurrencia del comandillo GOTO informático) se hacía el viaje de estudios de paso del ecuador.
Para ello había que financiarse con cualquier método. En el comienzo del segundo año y con la colaboración de TXEFO, que nos prestó su bata, entramos en las clases de los de primero.
Ese verano me había dejado barba poblada, con lo cual tenía un aspecto de “mayor”. Me presenté como profesor asociado de TXEFO, les largué un rollo de unos cinco minutos y mientras tanto los compañeros de promoción se pusieron en las puertas de acceso a las clases con unas huchas.
Al acabar mi disertación, les conminamos a ayudarnos a la financiación, pues sino no saldrían de clase. No recuerdo el importe en pesetas, pero aquello representó el primer ingreso del viaje de estudios.
Al de pocos días me rasuré la barba, para no ser nunca más reconocido.
Recuerdo fundamentalmente un gran grupo de amigos que conformé en los cinco años de estudios, con los que hasta la fecha he mantenido una fuerte y estrecha relación, que ha ido más allá de la mera profesional.
Y a un equipo de profesores con los que he podido tener relaciones profesionales a posteriori de gran calado.