Anécdotas y recuerdos de tu paso por Deusto
Recuerdo con mucho cariño mi etapa como estudiante de Informática. Cuando tuve que elegir qué carrera cursar allá por el año 1995, me decanté por cumplir con lo que de pequeño decía que quería ser y comencé los estudios superiores de Arquitectura. Pero aquello no funcionó y dos años después llegué de rebote a los estudios de Ingeniería Informática cambiando la arquitectura de hormigón y acero por la de unos y ceros. Estaba empezando a conocer los ordenadores e Internet me sonaba a chino, pero tenía la corazonada de que encajaría mejor en estos estudios. Tras el traspiés anterior comencé con muchas dudas pero año a año fui descubriendo que ésta era mi vocación. Los resultados de las primeras asignaturas fueron el motor de la motivación para las siguientes, creando un círculo virtuoso que no pudo terminar de mejor forma. Recuerdo el honor de realizar la declaración de investidura durante la entrega de diplomas, o la oportunidad de realizar un proyecto de fin de carrera junto a mi compañero de beca Paúl Menendez para poder gestionar los contenidos de la web de la Universidad. Recientemente he podido saber que ese proyecto ha estado en uso durante quince años. Mi historia en la Universidad es una pequeña lección de superación en la que aprendí que si unes vocación y motivación las metas que puedes alcanzar son inimaginables.
Tardé un poquito en escuchar a mi destino, cuando igual hubiera sido bastante más sencillo haberme fijado en que ya lo tenía escrito en el apellido.
En aquella época fui alumno, delegado de clase y becario en el departamento de la web de la universidad. Estuve muy integrado en el día a día de las aulas y pude tratar con muchas personas en esos cinco años. Gracias a eso tengo el privilegio de haber hecho muy buenos amigos entre mis compañeros (David, Jon, Aketza, Nando, Eduardo, Ivan, Juan, Jurgi) y profesores (Andoni, Ander, Mari Luz) con los que todavía mantengo contacto. Sin lugar a dudas, éste es el mejor premio que me he podido llevar